Ya de entrada os diré que es una pregunta bastante difícil de contestar porque no hay una respuesta única, sino infinitas posibilidades que variarán según el tipo de evento que queramos realizar.
Lo primero que va a condicionar la elección del lugar del evento es el número de invitados al mismo; aunque hasta un par de días antes no tengáis la lista de asistentes confirmados, es necesario empezar a trabajar dentro de un margen. No es lo mismo organizar una reunión para 15 personas, que una presentación para 150, por lo que la cantidad de asistentes será nuestro primer filtro para el elegir el espacio.
A continuación, importa (y mucho) la época del año y la climatología; esto definirá si nuestro evento puede realizarse al aire libre o ha de celebrarse en un espacio cerrado. Siempre es garantía de éxito celebrarlo bajo techo, pero la visibilidad de un evento en espacios abiertos es difícil alcanzarla sin salir a la calle. Hablaremos otro día sobre los eventos al aire libre y cómo evitar que las inclemencias meteorológicas lo arruinen.
Una vez definidos los asistentes y elegido un espacio cerrado, nos centraremos en la temática del evento y en los objetivos: qué queremos conseguir de nuestros invitados.
Si se trata de una reunión para exponer un proyecto o debatir posibles opciones de internacionalización dentro de la misma empresa, por ejemplo, elegiremos un lugar sobrio y elegante, no muy grande, que permita que todos los asistentes estén cerca y que la toma de decisiones no sea un proceso largo y tedioso. La proximidad física, favorece un acercamiento de las diferentes opiniones de los asistentes.
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Espacio Platea Madrid |
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